martes, 16 de noviembre de 2010

Expectativa en AMETAP por el lanzamiento de las tarjetas de aproximación: ¿Qué cambia y por qué?


"El sistema de banda magnética va a convivir hasta enero", informó el vocero de la Asociación Marplatense de Empresas del Transporte Automotor de Pasajeros (AMETAP), Claudio Lassiar, en una conferencia que brindó para resumir los rasgos más innovadores del nuevo sistema de tarjetas de aproximación que comenzó a aplicarse tres semanas atrás y para desmentir rumores que trascendieron sobre la escasa atracción de los comerciantes que contarán con bocas de expendio, sobre lo cual admitió que hay "mucha gente haciendo cola para instalar el nuevo servicio".

- ¿Cuál es la ventaja que percibe usted en las tarjetas de aproximación?

- Primero, la durabilidad, al no tener fricción y, por ello, no marcar error. Las antiguas tarjetas suelen rayarse y así el código no se puede leer, por lo cual están perdiendo funcionalidad. Además, las máquinas lectoras tienen 15 años de uso y ya no se fabrican. Para repararlas, habría que desarmar una vieja y componer lo que se pueda.

El perímetro de las nuevas tarjetas funciona como una antena; es una especie de chip que se compara con las lectoras de códigos de barras de los supermercados. Se le calculan 100 mil viajes de vida útil, lo que equivale, si uno viaja dos veces por día, a 50 mil días. Además, es veloz. En menos de dos segundos, la tarjeta se lee y se imprime el boleto. En caso de que por error se digite más de uno, habrá que reclamar en la sede de UTE El Libertador. No hay manera de que se cobren dos boletos en uno, salvo error del chofer, cargo que será asumido por las empresas.

Al viernes a la tarde, había 120 puestos funcionando y mucha gente haciendo cola para instalar el servicio. Me preguntaron por qué no se autorizaba su puesta en marcha en la nueva terminal, que resulta imposible debido a la oposición de Otero y su gerencia. Esta situación generó que muchos polirrubros de las inmediaciones pidan el servicio.

 - Cuando comenzó a implementarse el nuevo sistema, se habló en algunos medios de que el sistema no estaba funcionando en algunos colectivos y que algunos locales habilitados no lo conocían bien y que por ello no lo podían implementar. ¿Existen realmente casos en los que el servicio se vea impedido?

- Con el sistema de banda magnética que va a convivir hasta enero, hay entre 180 y 190 puestos habilitados para su recarga, de los 200 que la Municipalidad exige como piso. Ahora, existe la limitación de que el traslado de datos se hace por Internet a un "centro tripartito", compuesto por la Municipalidad, las empresas y un fideicomiso del Banco Provincia, que absorbe el dinero abonado por los usuarios. Los tres sectores reciben el mismo dato, instantáneamente luego de la operación. El problema es que en algunos lugares no hay servicio de Internet, porque argumentaban que las empresas no le brindaban servicio o que su instalación no sería rentable a futuro.

Entonces, las empresas de transporte solicitaron cotización para un servidor propio, circunstancia ambiciosa, porque hay que llamar técnicos que diseñen la red, trabajo que demanda una inversión cercana al millón de dólares y una demora de seis meses. Por otra parte, se suma el riesgo de que la red sea corrompida por hackers con el fin de desviar fondos. 

También existe el problema de que en los puestos habilitados estaban contados los 27 eslabones de las cadenas de supermercados, que exigen que no se interfiera su red. Entonces, se debe revestir y aislar la información de los supermercados, separada de la de las empresas de colectivos, para que así puedan convivir.

Desde la administración, la Municipalidad empezó a hablar del Sistema Único de Boleto Electrónico (SUBE), mediante el cual el Gobierno Nacional subvencionaba la instalación de estos equipos. Querían licitar un sistema enorme para tragarse el dinero. Jamás se puso en marcha. 

- ¿Qué puede decir de la polémica por los cupos de discapacitados?

- En el último ejercicio, se dio el llamativo caso de que la cantidad de personas con franquicia para discapacitados casi se duplicó de un año al otro. Había 4500 personas con capacidades diferentes registradas, y de 2008 a 2010 pasó a 11 mil personas, cuando la población real con estas características no aumentó en semejante proporción.

Esto quiere decir que los controles fueron laxos en algún momento. Un "pie plano", si se analiza concienzudamente, es una discapacidad, al igual que una disfunción visual o una afección cardíaca. Entonces, hay que determinar cuál es concretamente la capacidad diferente que se debe atender. La ley provincial prescribe "discapacitados motrices o mentales", cuyos certificados, autorizados por la Dirección General de Transporte y Tránsito, deben ser extendidos por el Hospital Interzonal de Agudos o la Zona Santaria VIII. Una superposición jurisdiccional que genera polémica es la del Instituto Nacional de Rehabilitación (INADEP), porque aparentemente los certificados que extienden no sirven. La solución es auditoría. 

En la ciudad, un 30% de los 414 buses tiene rampa para discapacitados. Cuando las empresas ofrecieron, hace 5 años, introducir un servicio diferencial con  10 combis con el mismo recorrido, no se aceptó con el argumento de que "estigmatizaría a las personas".

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