domingo, 14 de noviembre de 2010

Histórico festival ricotero en Tandil, con la presentación del Indio Solari






Por Facundo del Hoyo, en exclusiva para Dos Horas Más

Algunos diarios titulan en sus tapas del domingo apuntando 120 mil personas, otros medios son más moderados y aproximan 80 mil, y algunos fanáticos más extremistas cantaban 200 mil entre el hormigueo de seguidores que, desde los puntos más recónditos del país, acudieron a una histórica "Misa India" en un histórico 13 de noviembre, celebrada en el Hipódromo de Tandil y que anualmente cumple en distintos pueblos o ciudades del Interior, siempre muy alejado de las grandes urbes y transgrediendo con esa costumbre. Siempre fiel a su estilo, ese del mensaje de "boca en boca". Inolvidable e histórica, sencillamente porque fue una de las convocatorias más grandes (sino la más) que un músico -una persona, en definitiva, lo cual es un doble mérito- cumpliera en décadas de rock nacional. Admirable.

La peregrinación para volver a ver al ídolo y pedir "que se vuelvan a juntar", tal como rezaban los cánticos que repetían incansablemente los fanáticos para pedir, con nostalgia, la vuelta de aquella banda, había comenzado pasadas las 15.30, hora en la que el Hipódromo abrió sus puertas. El clima acompañaba en una tarde-noche veraniega. La capacidad hotelera, que se acerca a los 7 mil turistas, no daba abasto. Los campings tampoco. Miles de personas desbordaban la ciudad, algunos más vándalos que otros, con una mayoría siempre exacerbada de alcohol y drogas.

Lo que fue una constante fue la suciedad. Tandil, una ciudad de sólo 130 mil habitantes que en un día había duplicado prácticamente su población, amaneció desierta, y aplastada de basura y botellas de bebidas alcohólicas rotas contra el asfalto o las veredas. Era previsible una situación semejante, aunque cabe mencionar la ausencia de cestos de residuos en los caminos de acceso.

Una vez adentro, las voces coreaban y pedían que el Indio Solari pisara el escenario, que se iluminó cerca de las 22, prácticamente una hora después de lo previsto. Pero el aire que se respiraba era "redondo". Era extraño no vislumbrar insignias de la legendaria banda en los concurrentes. Las remeras estampadas con una foto o el nombre del líder se vendieron en masa. Además, el merchandising se extendió a las mismas familias locales. Muchas abrieron su garage para convertirlo en una panchería o para dispensar choripanes y cerveza.

El recital fue ricotero en esencia, porque el público así lo construyó. Lo cierto es que una vez entrado en calor, Carlos Alberto Solari abrió sorpresivamente su repertorio con "Jugo de tomate frío", un clásico blusero de Manal. Inesperadamente, debió suspenderse el concierto por breves minutos porque no podía elevarse una pantalla móvil que separaba a la banda del público. Era uno de los varios paneles que estaban dispuestos en el campo y el escenario. El de Manal no fue el único cover. Sobre la mitad de aproximadamente 30 temas, se escuchó "Post Crucifixión", de Pescado Rabioso.

El grueso de las canciones interpretadas pertenecen a los últimos y únicos dos discos del "Indio" como solista, junto a su banda Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado: El Tesoro de los Inocentes y Porco Rex. Sin embargo, el ex líder de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota pudo jugar con algunos clásicos del grupo que lo coronó en la gloria, como "Noticias de ayer" (la segunda canción en el orden del catálogo de canciones), "Un ángel para tu soledad" y "Fuegos de Oktubre", que hicieron vibrar al público. "Juguetes perdidos", por su parte, fue conmovedor. Faltaron otras interpretaciones -infaltables- más melancólicas como "Preso en mi ciudad", "Motor pisco" o "Esa estrella era mi lujo". Asimismo, se anunció al final del espectáculo, fuegos artificiales mediante, el lanzamiento de su nuevo disco en diciembre, "El perfume de la tempestad" y la cita a una nueva fecha, en marzo de 2011 en Salta.

Iba apagándose el recital pero encendiéndose el ambiente "poguero". El hipódromo entero saltó con "Yo Caníbal". Pero la ansiedad llegó a su punto máximo cuando Solari expresó que no sería el de "Jijiji" el pogo más grande del mundo sino el "más grande del universo". Conmovido él, que no se cansaba de impresionar y exclamar reiteradamente ante tal número de personas que habían cumplido, finalizó con el que fue muchas veces considerada la mejor melodía del rock nacional. Y no es para menos, porque así lo demostró el público en una noche imborrable.


"Juguetes Perdidos", una de las canciones más esperadas.

1 comentario:

  1. EXELENTE tu nota, Facu. Quedó mencionado en palabras mayores, todo lo que pudimos exprimir de lo que fue el espectáculo. Felicitaciones.

    Ramiro J. Santos.

    ResponderEliminar

Los comentarios que incluyan mensajes y/o contenido discriminatorio (por razón de raza, sexo, país, religión, etc.) o difamatorio serán eliminados. Opiná, pero con responsabilidad.