lunes, 27 de septiembre de 2010

La ciudad, en un balance según los marplatenses que la viven: qué está bien y qué hay para mejorar

*Por Facundo del Hoyo para Dos Horas Más

Inseguridad, ausencia de proyectos a largo plazo, trabas burocráticas que impiden fomentar el turismo todo el año, desilusión, escasez y concentración de atracciones. Aquellas son las sensaciones que, en base a un relevamiento realizado por Radio Brisas, reinan y se conjugan en la mente del conjunto de los marplatenses que viven el día a día en la ciudad y que evaluaron sus pro y sus contras.

El contexto actual no favorece. El brutal asalto al comerciante Dardo Molina, quien aún sigue en gravísimo estado luego de recibir un balazo en la frente, produjo una indignación generalizada que fue más allá del barrio Coronel Dorrego y llegó hasta una masiva protesta realizada frente a la Catedral el pasado sábado. Los vecinos se encargaron de resaltarlo. “Lo único positivo en la ciudad es que la gente se involucra, participa, no se queda dormida. El resto, es todo negativo”, analizó Irma (67), ama de casa que concurrió a la marcha en pedido de más seguridad y que, según comentó, reunió a “más de 3 mil personas”. Expresó que “la gente no tiene paz, está dolida, no le encuentra solución a nada”. No obvió atribuirle un papel importante al gobierno municipal y señaló que “Pulti perdió, ya le están 'sacando los porotos del plato'”, bromeó en un tono triste y disconforme.

La inseguridad no fue el único aspecto negativo enumerado por los marplatenses. Sandra (43), ingeniera química y docente, se mostró insatisfecha con la obra pública en las calles, principalmente las de su barrio, Caisamar. “Si bien asfaltan, siempre se quedan en el centro. Las calles están (sic) hechas bolsa. Tienen que estar asfaltando continuamente para poder recuperar el estado de las calles e ir de a poco hacia afuera, hacia los barrios”, puntualizó. Agregó sobre la ciudad que “para posicionarse como una ciudad de punta tendría que terminarse el emisario submarino. Si vivimos del turismo, y tiramos los efluentes al mar, vamos mal. Y habría que hacer algo concreto y bien con los residuos sólidos, con el predio de disposición final de residuos. Es una vergüenza esa montaña de basura, hay que ponerse las pilas”.

Otros residentes coincidieron en la ventaja de la capacidad hotelera y la adecuada infraestructura de la urbe que posibilita albergar a más de un millón de turistas durante el verano, aunque preferirían un mejor servicio de transporte de larga distancia. Carlos (44), contador público, consideró que un avance importante sería la instalación de un buen servicio de trenes, aunque definió a “La Feliz” como una “ciudad económica”. Germán (33), arquitecto, indicó que “faltan vuelos a la ciudad. Si no hay líneas aéreas que lleguen, es difícil que pueda arribar el tan deseado turismo internacional”. Sobre los atractivos de la ciudad, sostuvo que “los puntos de interés están degradados. Salvo la zona del shopping, el resto es incaminable. La peatonal está sucia, da asco, y además es insegura”. Añadió que “hay que aggiornar un montón de cosas y sumar atractivos culturales, que están concentrados en dos lugares: centro y Güemes”. Por último, aseguró que “hay mucha traba burocrática. Dicen mucho y hacen poco, porque (los gobernantes) se quedan con decir que van a fomentar el turismo todo el año”.

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